Si deseamos que en nuestra lápida se grabe una frase, si la música que se toque sea según nuestra elección, si las flores que acompañan visualmente la ceremonia sean nuestras preferidas... hay un sinfín de detalles que igual que como un testamento de últimas voluntades puedes dejar instaurado antes de tu definitiva marcha.
Eso creará en ti una tranquilidad, el sosiego de haber hilado hasta el final tu voluntad y no haber dejado una carga en los hombros de los afectados familiares y amados...
Pero, ¿has pensado alguna vez si esa tu voluntad interfiere o no con la necesidad o creencia de tus amados?
Ante un cuerpo enterrado, aquel amado que necesite ir a visitar ese simbolismo de ti ya sea para calmar su dolor o para rendir homenaje a tu recuerdo, tiene un elemento que calmará su estado de ánimo, sólo basado en una creencia, pero tiene ese elemento...
Ante un cuerpo incinerado y esparcido hay amados que lloran al viento ante la falta de un elemento físico representativo de ti.
Por ello, que mejor detalle de tu Amor a los que te sobreviven que preguntar cómo ellos, tus amados, desean honrarte.
Un simple acuerdo, una simple conversación aligerará de carga y de dolor el alma de quien queda.
Si quien se va y quien se queda comparten una idea ya no es: Última Voluntad sino... Último Amor.