Estos neuro-péptidos que se liberan a través de la medula espinal y del torrente sanguíneo modulan y transmiten neurológicamente una hormona que actúa como responsable de nuestra felicidad. Sí, esa es la orden que nuestro cerebro recibe y de forma mágica así responde.
La morfina, tal vez sea la droga que imite mejor el efecto de las endorfinas para bloquear el dolor. Aún a pesar de ser química recurrimos a ella y sabemos que nuestro cerebro recibirá el mensaje esperado. Pero no se ha podido crear una pastilla de endorfina. Esta hormona natural sólo puedes fabricarla tú y de forma única e intransferible.
Tenemos toda la farmacia dentro, pero el tema es cómo podemos tener acceso a ella. Se puede a través de las endorfinas.
Las terapias energéticas ayudan en la producción de endorfinas. Desde el tai chi, el yoga, el reiki, las flores de bach y tantas otras terapias consideradas energéticas son beneficiosas para ayudar a la persona a secretar endorfinas. Lo importante es practicar alguna de estas disciplinas a diario y por lo tanto, mantener la producción de esta hormona siempre constante.
Pero hay un estado interno, sin necesidad de disciplina externa, que pasa desapercibido y tiene el máximo poder hasta ahora definible por médicos, científicos y teólogos.
De tal sencillez que sólo una sílaba lo define: FE.
Sin entrar en creencias ni dogmas, sólo basándome en el poder sináptico de este estado interno y accesible a todo ser humano. Esta certeza y convicción de lo esperado es más potente que cualquier medicina ordinaria y masiva como la que acordemente nos acostumbran a suministrar químicamente.
Si pones un poco más de fe en ti, en tu gran poder interno, tal vez ese conocimiento te haga no dudar de que hay recursos inexplorados y no asimilados en tu interior.
Llámale como desees, magia, creencia o simplemente: Endorfinas.