Como ya postulara Einstein: Todo es energía.Todo lo que vemos y lo que no vemos es energía anclada en diferentes frecuencias vibratorias.
Sólo podemos ver la energía más densa, como es el cuerpo físico, pero hay más cuerpos energéticos que interactúan con él. Son cuerpos sutiles de una frecuencia imperceptible para la vista humana.
Los cuerpos mental, emocional y espiritual son los encargados de mantener el equilibrio en el cuerpo físico a través de unos vórtices energéticos llamados chakras y que son los encargados del buen funcionamiento a nivel holístico interno.
Cuando los sentimientos, emociones y pensamientos como energía que son, crean una densidad continua en nuestro campo vibratorio es cuando se generan las enfermedades como sistema indicativo que algo está mal, no sólo ya en el cuerpo físico sino en los demás cuerpos sutiles.
Sanar esos cuerpos energéticos es ir a la raíz del desequilibrio. Por ello las sanaciones energéticas son efectivas para equilibrar nuestros cuerpos, pero lo que es de vital importancia es adaptar algún sistema de los muchos que hay que nos permita mantener ese equilibrio energético y vibracional estable.
Somos como un iceberg, la parte emergente es la conocida pero en las profundidades del agua se sumerge una parte esencial y oculta para la sustentación del bloque visible.